sábado, 7 de julio de 2012

Maria Angata la Rebelion de Rapa Nui


          Maria Angata habría nacido en 1856, su nombre completo era María Angata Veri Tahi, su vida fue marcada por el dolor de su pueblo, desde que a los 6 años vio como los esclavizadores Peruanos y Chilenos contrataban con engaños o raptaban a su pueblo para trabajar en las islas guaneras o haciendas de algodón o azúcar.
            En 1871, y tras vivir en Pukuranga, el refugio de la misión católica que el Hermano Eyraud construyó, fueron descubiertas sus capacidades de liderazgo, y para utilizar estas capacidades a favor de la evangelización, fue enviada a la isla Mangareva, del grupo de las Gambier, en la Polinesia Francesa, donde recibió instrucción especializada en la Escuela de Catequistas de la Iglesia Católica, ahi sufrió un trágico matrimonio con un hombre alcohólico y violento,  del cual enviudó prontamente. El 13 de junio de 1874 se casa con Puapúa a Ma’ori Pakomío. Acompañada de él habría regresado a realizar su misión apostólica en Rapa Nui, en el viaje en que Policarpo Toro tomó posesión para Chile de Rapa Nui en 1888. Desde entonces se convertiría en la misionera y profetisa admirada y seguida por unos y despreciada como agitadora, revoltosa e incluso loca por otros.
        Luego de eso, ya adulta, vio como el fisco entregaba en arrendamiento la isla a Enrique Merlet y Cooper, en estos años (1893) los pocos habitantes que quedaban en Rapa Nui eran meros espectadores de lo que estaba ocurriendo en su tierra, o peor aún, eran sirvientes de estos extranjeros que les habían prohibido el acceso a sus campos y encerrados en su propia tierra, con solo mil hectareas para vivir.
         Una nueva marca en la vida de la profetiza Angata fue el asesinato de el ultimo Ariki Rapa Nui Riro a kainga Roko Roko  Heu Tau, quien en 1897 viajó al continente a Reclamar por todas las tierras que Merlet habia robado a los Rapa Nui, ya en el continente, el Ariki fue invitado por empleados de Merlet a una fiesta donde lo emborracharon y envenenaron para que no pudiese hablar con el Presidente de Chile, el Ariki fue internado en el Hospital y al poco tiempo falleció.
         Todos estos infortunios habian marcado la vida de la profetiza, quien observaba como su pueblo era abusado, engañado y oprimido, obligados a estar en una carcel en su propia tierra, esclavizados por extranjeros con el poder entregado por el fisco Chileno.
          La compañía esclavizadora en Rapa Nui pasa a llamarse Williamson, Balfour y Cía. y esta fue la señal que marcó el inicio de la lucha de Angata, ella se hace cargo de la Iglesia hasta que llegó Nicolas Pakarati y su esposa Elizabeth, preparados como catecistas y enviados para tomar a cargo la Iglesia de Rapa Nui, fue entonces cuando la Profetiza decide realizar un sacrificio a Dios en un altar frente a la Iglesia.

(1) —Desde que yo estoy acá, que no hay una misa. Quiero ofrecer un sacrificio a Dios, quiero hacer tutía  —así se llama en rapanui— por todo el tiempo que he vivido con ustedes.
Entonces mandó a la gente a buscar leña y cuando ellos llegaron con su carga a la iglesia les dijo:
—Corten la leña y preparen un montón de la altura de una mesa y así de largo y de ancho para hacer el sacrificio.
Cuando terminaron, les habló:

—Ahora ya está listo el altar, júntense todos alrededor.
La gente rodeó ese altar de  tutía  y ella empezó a hacer unas oraciones:
—Voy a pedir a Dios que le dé buen pensamiento a Edmunds, para que nos entregue animales para poner encima del altar y nosotros podamos hacer nuestro sacrificio—, así me contó el viejo Matías Hotu, porque él estuvo en ese trabajo de preparación.
Terminó de rezar y le dijo a la gente ‘vamos’, y fueron un grupo a Mataveri y le pidieron  a Edmunds, el administrador de la Compañía, que les diera animales para ofrecer el sacrificio a Dios.

—Tenemos el altar listo…
—No, yo no voy a entregar ningún animal —contestó Edmunds.
Volvió María Angata a la iglesia y le contó a la gente que estaba esperando:
—Me dejaron entrar, vi a Edmunds, le pedí animales para el sacrificio y él no quiso darnos.
Volvió la gente a Mataveri, y otra vez el administrador dijo: no.
Fue la gente por tercera vez y Edmunds les dijo:
—No voy a entregarles ni siquiera un jamón. ¡Váyanse!
María Angata entonces pidió que le dijeran que ella iba a mandar a toda su gente al cam-po a buscar vacunos y ovejas para matar frente a la iglesia y repartir a los rapanui, así que ya sabía Edmunds lo que iba a pasar.
La gente rodeó el altar del sacrificio, ella rezó, les dio sus bendiciones, y a cada hombre que iba saliendo en su caballo, le dio el nombre de un profeta o de un apóstol de la gente antigua. Uno por uno:
—¡Tú eres Daniel!... ¡Tú eres Josué!... ¡Tú eres Isaías!… ¡Vayan y traigan todos los ani-males que encuentren! les dijo, y los hombres partieron a Mataveri.
Edmunds mandó a sus guardias al portón para vigilar, pero se quedaron sentados, ahí, haciendo una parrilla. La gente de Angata abrió la puerta Opani nga uka para entrar a la Compañía; ¡los guardias estaban ahí!, pero no vieron nada, Dios no los dejó ver, les cerró sus ojos, quedaron a oscuras, y ellos entraron derechito y corrieron en sus caballos hacia Vaihú. No sé cuanto tiempo anduvieron, pero rodearon los vacunos y las ovejas y trajeron ¡montones! de animales al pueblo. Cuando salieron por la puerta ¡tampoco los vieron! Mataron el primer animal y lo colocaron arriba de la leña para quemarlo. En ese primer sacrificio, el humo se fue derechito hasta el cielo, así me contó Matías Hotu y también Victoria Rapahango. Como ella era la mujer de Edmunds y vivía con él en la casa de la Compañía en Mataveri, le contó del tutía  que estaban haciendo los rapanui.
—Las bendiciones de Dios son grandes, Percy. Yo vi cómo subió el humo, ¡derechito!, no se desparramó nada.
En la iglesia, la María Angata preparó un canto, se lo enseñó a la gente y todos cantaron y rezaron. Ella les dijo:
—¡Agarren los animales, mátenlos y echen toda la carne al fuego, para que coma la gente!
Algunas personas fueron adonde Edmunds a acusarlos:
—Están matando muchos animales, están haciendo fuegos y asados…
Él preguntó a los guardias:
—¿No oyeron? ¡Salieron con los animales y ustedes no vieron nada! ¡Vayan a ver!
Y fueron sus empleados y encontraron a los rapanui haciendo parrilladas y comiendo; estaba lleno de carne del sacrificio por acá y por allá, pero qué iban a hacer, no podían pelear, el pueblo tenía más gente que la Compañía, así que Edmunds esperó que llegara el barco de la Armada, que traía mercaderías una vez al año, para reclamar.
Cuando divisaron la corbeta Baquedano, la María Angata preparó un viaje para subir y pedir dinero: hicieron una cajita con un angelito para que la gente pusiera ahí el dinero y partieron en un bote ¡cantando! y tocando sus instrumentos; pero Edmunds había subi-do primero al barco y le contó al comandante y a todos los demás lo que estaba pasando.
Cuando llegaron los rapanui a bordo con su cajoncito, el comandante le preguntó a un hombre:
—¿Cómo se llama usted? ¿tú eres el jefe, Daniel Teave?
—Sí, se presentó él —yo soy.
—¿Usted mandó gente a buscar animales para hacer los sacrificios de María Angata?
—Sí.
Lo tomaron preso, entonces algunos de los que iban con él saltaron al mar, subieron al bote y arrancaron para la playa. A Daniel y a otros hombres que alcanzaron a pillar, no sé cuantos, los amarraron y también quedaron presos. Después el comandante bajó del barco, fue a la iglesia, encontró a la María Angata, que estaba rezando con la gente, la saludó y le preguntó:
—¿Tú eres la señora María Angata?
—Sí.
—¿Tú eres la que mandó a buscar los animales de la Compañía?
—Sí, yo fui.
—Y quién le dijo a usted que fuera a robar.
—Yo no fui a robar, yo le pedí permiso a Edmunds, le dije que me diera animales para el sacrificio a Dios y él no me dio. Yo sé que esos animales no son de ellos, son de nosotros, yo he visto cuando los mandaron de Tahiti, ¡Yo los traje! ¡me los dio el obispo para los ra-panui!, ellos engañaron a la gente, les dijeron que hicieran un cerco para cerrar sus terrenos, para que los animales de la Compañía no dañaran sus plantaciones, y la misma gente hizo todo el cerco; pero al final, le quitaron los animales a los rapanui.
El comandante le tiró una patada en el pecho a la señora María Angata y ella cayó al suelo. Hay un canto para ese momento en que la golpea con el pie en el pecho:



Mai te tuna haka vi
koe nua ere
mai runga mai te opata
hare pure
ka vivi ka turu koe nua ere 
mai raro to’u aro 
ana huri mai 


La llevaron desde la iglesia a la plaza, al lugar donde hay una piedra que todavía está ahí, que antiguamente se llamaba Puku U’i Ropa  y la castigaron. Le dijeron a María Angata:
—Híncate en esa piedra, tú vas a estar aquí todo el día, por mandar a la gente a robar animales.
María Angata no tenía miedo.
—Tú robaste, tú eres ladrona, dijo el comandante.
—No, yo no fui a robar, yo pedí permiso para sacar lo que es nuestro, yo traje en barco los animales que mandó el obispo desde Tahiti y ellos robaron nuestros animales, por eso mandé a decir a la gente que mataran esos animales y los comieran.
—¿Ah, sí?, a ver cómo viene la gente a salvarte a ti.
Y la dejó castigada, arrodillada, y cuando estaba así, en esa piedra, se cayó. Por eso la gente le puso a esa piedra Papa haka tuturi otea .  Papa  quiere decir roca,  tuturi  es arrodillarse y  otea es en el día. Y le hicieron este canto:


O nua haka tuturi o tea
i te puku u’i ropa e 
tuturi ra koe e nua e
ito’u utu’a tara ore e 
haka u’tu’a tahi no ia koe
ia koe i runga i te papa nei 

          Luego de esta acción, Maria Angata  es contactada en sueños por Dios, quien le dijo que "estaba muy complacido por que ellos hubiesen comido la carne y que pronto tendrían más carne para comer".
Las incursiones Rapa Nui continuaron despues de la Acción de la Profetiza, Sacando Novillos y Ovejas entregandoselos al pueblo. Angata, para desviar la atención, enviaba Obsequios de Aves y otros artefactos a la casa de los "Patrones" que eran entregados a la Inglesa señora de la casa, llamada Katherine. Esta señora visitó a Angata, tratando de generar una mediación entre la compañía y el pueblo Rapa Nui, advirtiendole a Angata que podrían haber respuestas con sus escopetas de parte de la Compañía, Angata cambió la expresion de su rostro y seriamente le indicó a Katherine "Dios nunca permitirá que los Kanaka sean ni asesinados ni heridos". Katherine se retiró del lugar....su misión había fracasado.
          Los asedios Rapa Nui continuarían en nombre de Angata, quien seguía teniendo sueños y facultades psíquicas que le hacían profetizar situaciones que ocurrirían a futuro, de las más importantes profecías de Angata, eran las de naufragios de barcos que venían a Rapa Nui. Una de esas profecias entregadas por Angata rezaba: "Dios me a iluminado, luego y lejos de aquí, habrá un naufragio; y a esta isla llegarán, casi muertos, doce de esos náufragos", tal como lo predijo Angata, los náufragos llegaron a la isla. en otra oportunidad. Angata indicó : “el buque Sarita se va a romper contra las rocas y el señor capitán quedará con nosotros”. Al tercer día del vaticinio sucedió el naufragio, para fortuna de los Rapanui, porque el capitán moderó los abusos de Cooper y finalmente zarpó en su compañía un año más tarde, en el siguiente barco que llegó a Rapa Nui.
          Así, 1914 se convertiría en una fecha representativa de insurgencia, esperanza y reinvindicación mística en la historia de opresión de los Rapanui, aunque el singular talante de María Angata le hiciera merecer tantas descalificaciones como elogios de sus propios hermanos de raza.
Maria Angata falleció a principios de 1915, en una humilde sepultura del cementerio antiguo de Rapa Nui, que no llevaba más adorno que una cruz de madera, cubierta con una tela de mahute rojo y negro.Así terminó sus días María Angata, profetiza y rebelde, Luchadora Rapa Nui, Alzadora de su pueblo en pos de la libertad.

(1) texto sacado literal del libro "Rongo, la historia oculta de Isla de Pascua" Patricia Stambuk 2010

5 comentarios:

Unknown dijo...

Me parece una muy buena idea hacer este blog, sobre relatos antiguos, y en especial que haya sido primero por María Angata, ella es admirable, por todo lo que dio por su pueblo Rapa Nui, arriesgando su vida, porque otros pudiesen comer. Muchas gracias por mostrar más de la cultura y que otros puedan saber la verdad, y no tan solo dejarse llevar por lo que hoy los rapa nui somos o porque expresamos nuestro cariño de mala forma con los Chilenos. En un sin fin de cosas que han transcurrido genreación tras genración y me parece excelente que hagan esto, espero que este siempre, para que todos podamos valorar nuestras culturas, sin nada mas que agragar Iorana korua!!

Unknown dijo...

una historia muy linda que muestra lo admirable que ha sido el pueblo rapa nui desde siempre, luchando por su gente y para su gente. Me parece genial la idea de haber armado este blog para contarles a los rapa nui su verdadera historia, historia de su pueblo y tambien para aquellos que estamos lejos y que solo pudimos saber algo, pero muy poco de la historia rapa nui, pero no de la grandeza de su gente que solo la hemos conocido aquellos que hemos tenido no solo el gusto, sino el honor y el placer de conocerlos tratandolos. Los admiro. FELICITACIONES.

Anónimo dijo...

Personalmente y ya que vivo en Rapanui ,tengo raíces acá,he leído esta historia y verdaderamente me ha encantado por ser un ejemplo de vida que enaltece a la mujer Rapanui

Unknown dijo...

Después de ver el reportaje, me imagino que los Chilenos del continente Entienden porque los Rapanui no nos quieren o quedan dudas?.

Carolina Escalona dijo...

No queda ni una duda, Vpet slcdi. Me quedó clarito. El estado chileno repite una y otra vez el abuso contra su gente. Por primera vez veo a María Angata. Una grande.

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